«Desarrolla el Líder que Está en Usted» (Developing the Leader Within You) [LIBRO RESUMIDO]

Desarrolla el Líder que Está en Ti (1993) es una guía para convertirse en un líder en cualquier contexto que elijas. Este resumen expone los niveles del liderazgo, las cualidades necesarias para alcanzarlos y los pasos concretos que puedes tomar para ascender por la escalera del liderazgo.

John C. Maxwell tiene más de 20 años de experiencia estudiando y enseñando liderazgo por todos los Estados Unidos. Además de ser un experto en el desarrollo del liderazgo y un frecuente expositor sobre el tema, es un pastor y el autor de muchos libros, incluyendo Las 21 Leyes Irrefutables del LiderazgoLas 21 Cualidades Indispensables de un Líder.


Haz crecer a tu organización creciendo tú mismo.

En los campos de batalla y en las juntas directivas, en las aulas y en las cortes de juzgado, los líderes juegan un papel crucial: reúnen a personas y organizaciones, guiándoles por un particular camino y dándoles el coraje para seguir adelante. ¿Pero qué hace exactamente a un líder? ¿Y cómo tú puedes convertirte en uno?

Bueno, el liderazgo viene en diferentes formas y los líderes operan con varios grados de sofisticación. Esta jerarquía puede ser pensada como una escalera de liderazgo, y ascender sobre ella es un proceso largo que requiere aprender la auto-disciplina, cómo priorizar las tareas y cómo infundir cada acción con integridad y visión. En pocas palabras, un líder sabe que su crecimiento personal es vital para el crecimiento de su organización.

Si puedes comprometerte a este proceso, te convertirás en un mejor líder en poco tiempo, personificando la palabra «líder» en cada cosa que hagas.


El liderazgo siempre es sobre influir en los demás, pero puede tomar muchas formas distintas.

Todos, desde entrenadores de fútbol a ejecutivos de negocios a madres de tiempo completo, saben que el liderazgo es una cualidad esencial de las personas poderosas. ¿Pero exactamente qué es?

En un sentido simple, el liderazgo es solamente influir; es la habilidad de inspirar a los demás a que te sigan. En otras palabras, y dejando todas las consideraciones morales a un lado, cualquiera que pueda atraer a un grupo de seguidores califica como un líder efectivo. Esto incluye a personajes como John F. Kennedy, Winston Churchill e incluso Adolf Hitler. Todas estas personas fueron líderes simplemente porque otras personas los siguieron.

Dicho esto, debería ser sabido de que hay una jerarquía de liderazgo. Para ser precisos, hay cinco niveles diferentes: posiciónpermisoproduccióndesarrollo de personas y ser.

El primero, posición, es el nivel más bajo de liderazgo. Es sobre tener el derecho de ser un líder. En otras palabras, los líderes de posición son solamente líderes debido a sus títulos.

El segundo nivel, permiso, es sobre las relaciones. Si has conseguido este nivel de liderazgo, la gente te seguirá porque estás sintonizado con sus necesidades y deseos; escuchas y valoras las opiniones de otros. Como resultado, el liderazgo de este tipo no durará mucho si descuidas las necesidades de los demás. Estos pronto perderán interés y dejarán de seguirte.

El tercer nivel de liderazgo, producción, es obtenido cuando las relaciones como las del segundo nivel empiezan a producir resultados. En este nivel, tu liderazgo es el resultado de tu éxito y el de tu equipo. Las personas admiran esos resultados y estarán por tanto felices de seguirte.

Si has conseguido obtener el cuarto nivel, desarrollo de las personas, éstas te seguirán porque valoran tu consejo y guía. En este nivel, un líder se encarga de hacer crecer las habilidades de los demás, quienes responden con una lealtad absoluta. En casos como este, las personas te seguirán porque estarán agradecidos.

El último escalón del liderazgo es el ser. Aunque es ciertamente obtenible, es sólo alcanzada por los líderes que pasan sus vidas enteras influyendo a otros. En este nivel, tú eres una persona que infunde respeto de por sí, lo cual inspira a los demás a seguirte.

¿Qué nivel describe tu estado actual de liderazgo? Independientemente de dónde te encuentres, en el resumen a continuación, ¡aprenderás a cómo escalar la escalera y a destacar como un líder!


El liderazgo es sobre definir prioridades en múltiples niveles.

Así que quieres desarrollar tus habilidades de liderazgo. Bueno, entonces más vale que sepas sobre las prioridades. Tener prioridades sólidas te permitirá determinar qué es lo más importante y en quién deberías enfocarte. Suena bastante simple, pero los buenos líderes priorizan en más de un nivel.

Por un lado, tienes que ser capaz de priorizar diferentes proyectos y tareas. Algunas de estas serán importantes, otras urgentes y algunas serán ambas. Esta última categoría es la que se debe priorizar.

Por ejemplo, escribir un reporte de figuras de ventas puede que sea importante, pero no tan urgente. Tales tareas deberían ser una parte del trabajo diario de tu equipo, pero deberían ser elaboradas deliberadamente, no apresuradas.

Luego, hay proyectos y tareas que no son importantes, pero son urgentes. Revisar tu correo electrónico es un gran ejemplo de esto. Debería ser hecho de manera rápida para que puedas pasar a hacer el trabajo que realmente importa.

Y, finalmente, hay trabajo que no es ni importante ni urgente, como llenar o archivar documentos, lo cual puede ser hecho en pequeños espacios de tiempo, quizás solamente una vez a la semana.

Ser capaz de dividir así las cosas es clave, porque si fallas en plantear las prioridades correctas, estás destinado a llevar a tu organización en la dirección incorrecta. Pero las tareas y proyectos son solamente un nivel; también necesitas ser capaz de priorizar la energía, dinero, tiempo y personal asignado a cualquier proyecto o tarea dada. Para hacerlo, aplica el principio 80/20.

Esto es, usar el 80 por ciento de tus recursos, como dinero y energía, en el 20 por ciento superior de tus prioridades organizacionales. De manera similar, deberías planear dedicar 80 por ciento de tu tiempo al 20 por ciento superior de tu personal más productivo, quienes representan el 80 por ciento del éxito de tu organización. Cada prioridad debajo de esto, el restante 80 por ciento, debería ser delegado y tercerizado. Y, naturalmente, el nuevo personal debería ser entrenado por el superior 20 por ciento de tu gente.

Para ponerlo de forma sencilla, prioriza las mejores personas, tareas y proyectos. Invertir en ellos resultará en la mayor parte del éxito.


Un líder actúa por sus convicciones y respalda sus palabras con acciones.

Ahora que sabes cómo poner prioridades, es tiempo de hablar sobre otro concepto fundamental del liderazgo: la integridad. Tener integridad es adherirte a un grupo de valores sin fallar; estos valores son tu brújula, guiando todo lo que haces. Dicho de otra forma, las personas con integridad actúan basadas en quiénes son.

Pero eso no es todo lo que significa. La integridad es también sobre ser consistente y hacer lo que dices que harás. Ser capaz de mantenerte así inspirará a las personas a confiar en ti y seguirte.

Por ejemplo, investigaciones de la Universidad de Stanford indican que la vasta mayoría del aprendizaje, ¡el 89 por ciento del total!, es visual. En otras palabras, si las personas que lideras te oyen decir que tu trabajo es enfocarte en el cliente y luego te ven prestando especial atención a estos clientes de una manera constante, ellos eventualmente empezarán a hacer lo mismo.

Ser capaz de mantener tal consistencia reforzará tu credibilidad como líder porque las personas sabrán quién eres y qué pueden esperar de ti. Esto a su vez producirá confianza, la cual es crucial para tu éxito.

Después de todo, ¿seguirías el consejo de alguien en quien no confías?

O imagínate estar en el ejército. ¿Seguirías a tu oficial de mando en una situación peligrosa si pensaras que es un mentiroso o te preocupara que pueda revertir sus decisiones en el último minuto?

Claramente, la confianza es esencial para el liderazgo, y la integridad te puede ayudar a construirla. La integridad también será la base fundamental de una duradera reputación. Como ejemplo, piensa sobre cómo es conocer por primera vez a alguien que idolatras.

Muchas personas son decepcionadas durante tales encuentros porque el individuo idolatrado no resulta ser la persona que parecía ser de lejos. Tal vez parecía tomar decisiones claras, pero en realidad solamente lanza frases al aire.

Por otro lado, las personas con integridad aseguran una reputación que perdura. Esto es debido a que, si tienes integridad, no habrá diferencia entre la persona que pareces ser de lejos y la persona que eres en reuniones e interacciones cotidianas.


Los líderes deben abrazar el cambio y apoyar a sus seguidores.

Tal vez pienses que eres un muy buen líder, ¿pero cómo puedes estar seguro?

Una forma es evaluar qué tan beneficioso ha sido tu trabajo. De hecho, este criterio es tan importante que crear cambios positivos es el tercer principio del liderazgo. Los líderes necesitan estar siempre listos al cambio; si no lo están, su inflexibilidad puede afectar negativamente a la organización entera. Un líder debe ser capaz de adaptarse.

Por ejemplo, cuando Henry Ford creó el Modelo T, se obsesionó tanto con el coche que se rehusaba a cambiar siquiera un pequeño detalle; él creía que era perfecto tal y como estaba. Debido a esto, incluso despidió a su mejor jefe de producción, William Knudsen, quien sugirió un nuevo diseño.

Ford quizás haya sido un genio de la manufactura, pero tal resistencia al cambio fue un gran mal paso. Recuerda, el mundo se mueve a un ritmo veloz y la competencia es feroz. Para tener éxito en este ambiente, tu negocio tiene que abrazar la posibilidad de que ocurrirán grandes cambios. Si tú no puedes cambiar, tu organización tampoco será capaz.

En el caso de Ford, cambiar el Modelo T era simplemente necesario. A pesar de lo que Ford pensaba sobre el coche, estaba pasado de moda y General Motors ya había empezado a desarrollar vehículos más modernos con los que el Modelo T tendría que haber competido. Aunque Ford permaneció reacio por años, finalmente actualizó el Modelo T, lanzando el Modelo A y manteniendo su fuerte posición en la industria automotriz.

Pero, como un líder, tú debes hacer más que simplemente abrazar el cambio. También necesitas reconocer los desafíos psicológicos que el cambio puede imponer en tus trabajadores.

El cambio requiere que los empleados salgan de sus zonas de confort y enfrenten dramáticamente nuevos contextos, y esto suele llevar al estrés y la inseguridad. Entonces para facilitar a los trabajadores su paso en este proceso, deberías hacer todo lo que puedas para asegurar  que sepan por anticipado por qué está sucediendo el cambio y qué objetivos se buscan conseguir. Al mantener a tus trabajadores informados, les das la oportunidad de hacer suyo el cambio, lo que reducirá los impactos negativos.


La auto-disciplina es crucial para liderar a otros, pero no puede ser apresurada.

¿Estás orgulloso de tu auto-disciplina? ¿Puedes conseguir todo lo que te propongas sin tener a nadie alentándote al lado?

Bueno, si no es el caso, es mejor que aprendas a cómo hacerlo, porque la auto-disciplina es una cualidad clave para todo líder. Si no puedes seguir tu propio liderazgo, ¿cómo puedes esperar que otros lo hagan?

Puesto de otra forma, como líder, tu crecimiento es esencial para el crecimiento de tu organización. Dicho esto, el crecimiento requiere de trabajo arduo. Y aquí es donde muchas personas se convierten en su propio peor enemigo; no tienen auto-disciplina y, como resultado, se quedan cortos como líderes.

Así que empieza hoy con un pequeño pero comprometido plan que involucre una rutina diaria. Empezar despacio es importante ya que toma tiempo construir la auto-disciplina y nadie puede hacer todo de una vez.

Mira el caso del equipo de baloncesto de la Universidad de Indiana. En 1976, ellos ganaron el Campeonato Nacional NCAA. Después de la victoria, su entrenador dio una entrevista en un conocido programa de noticias, donde explicó que la razón principal del éxito del equipo fue su auto-disciplina y voluntad para continuamente prepararse y mejorar.

Aquí tienes qué puedes hacer para fijarte el mismo tipo de éxito:

Comienza por escribir y clasificar cinco áreas donde quisieras ser más disciplinado. Luego encuentra a alguien quien ya sea disciplinado en el área que has puesto como tu primera prioridad y pregúntale si puede ayudarte a revisar tu progreso.

De ahí en adelante, pasa 15 minutos cada mañana enfocándote en esta área de mejora y toma cinco minutos dos veces al día, una en el mediodía y otra en la noche, para reflexionar sobre tu progreso.

Si repites esta rutina diaria por 60 días, deberías construir la auto-disciplina que necesitas para ser exitoso en esta área, y puedes tacharla de tu lista y pasar a la siguiente prioridad.

Y no olvides de que es importante celebrar cuando dominas una nueva área, ¡preferiblemente con la persona que te ayudó a través del proceso!


Los buenos líderes tienen una sólida visión que encuentran muy en su interior.

¿Te consideras una persona visionaria?

Bueno, para ser un líder, tienes que tener una visión de a dónde estás yendo y cómo convencerás a otros para que te sigan hacia ese lugar. En este sentido, una visión es simplemente una idea clara de qué debería hacer la organización, en general, y tu equipo, en particular. Tu visión es lo que alimenta tu trabajo diario.

Por ejemplo, ¿sabías que Beethoven quedó sordo por los últimos 20 años de su vida, incluso en el tiempo que escribió algunas de sus más famosas composiciones? ¿O sabías que Homero era ciego y que Rockefeller, un magnate de los negocios, cuando empezó a trabajar ganaba solamente seis dólares por semana?

Sin embargo, todos estos grandes personajes lograron cosas increíbles porque creyeron profundamente en aquello que querían conseguir. En otras palabras, ellos tuvieron una visión y vivieron por ella.

De forma contraria, si no tienes una visión, será difícil liderar a otros hacia un objetivo. De hecho, simplemente no es posible hacerlo sin el sentido de propósito, la perseverancia y el espíritu de equipo que una visión otorga.

Bien, entonces si sientes que no tienes una visión, ¿qué puedes hacer?

Bueno, intenta pensar acerca de qué sientes en lo profundo de tu ser. ¿Cuál es tu sueño? ¿Qué te mantiene caminando día tras día?

Hazte estas preguntas en cada aspecto de tu vida. Recuerda: Solamente cuando veas hacia dónde te diriges serás capaz de llegar ahí.

Pero ten en mente que una visión por sí sola no hace a uno un líder; también necesitas la experiencia para recorrer el camino que estableciste.

Dicha experiencia es lo que separa una visión de un ingenuo idealismo. Por ejemplo, si te falta experiencia, podrías esperar a que las personas sigan tu visión a ciegas, sin hacer preguntas nunca. Pero si has liderado a otros antes y tienes una gran cantidad de experiencias de liderazgo sobre tus hombros, sabrás que las personas no seguirán a ciegas una visión propuesta por alguna persona aleatoria. Las personas siguen a los líderes. Una vez que tu liderazgo atraiga a seguidores, será fácil acercarse a ellos para compartirles tu visión.


Resumen Final

El mensaje clave de este libro:

El liderazgo no es sobre ser mandón y dar órdenes a los otros alrededor. En cambio, los buenos líderes establecen buenos ejemplos y trabajan con diligencia para mejorarse personalmente a sí mismos. Viven a través de sus valores, son abiertos al cambio y son guiados por una visión que evocan desde lo profundo de su ser.

Consejo para actuar:

Un buen líder escucha a su equipo.

La próxima vez que alguno de los miembros de tu equipo vaya a ti con una pregunta o preocupación, asegúrate de escuchar cuidadosamente lo que sea que digan. Es importante enfocarse en más que las literales palabras. Presta atención al tono de voz y lenguaje corporal, y si el miembro de equipo dice algo con lo que no estás de acuerdo, no te enojes o interrumpas. Al escuchar de esta manera, podrías ganar información valiosa que de otra forma te perderías completamente.

Nueva lectura sugerida: Tú Prosperarás de Daniel Lapin

Tú Prosperarás (2009) ofrece una perspectiva reveladora sobre qué pueden enseñarnos los principios judíos acerca de generar riqueza y encontrar el éxito. Al adherirte a estos principios, uno puede sobrevivir y prosperar en la volátil economía de hoy en día.

[Traducido del resumen del libro «Developing the Leader Within You» en Blinkist].

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